El mito de dios encarnado pdf download
En la raíz del mito fáustico yace, pues, una paradoja: tan pronto como el hombre desplaza a Dios del centro de su cosmovisión y se concibe como centro del mundo —un hombre renacentista ya sin “temor de Dios”—, ese individuo autosuficiente, integral, pretendidamente autónomo, se escinde: “En mí, ¡ay! anidan dos almas”, dice el Fausto de Goethe (Fausto, 98).